Guns´n´Roses, en Vélez Un regreso sin brillo pero con gloria

por **DamageInc** Vie Mar 26, 2010 2:19 am

Luego de 17 años, a Axl Rose le bastó un puñado de canciones indestructibles para satisfacer a su público más fiel
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Los Guns´n´Roses nunca tuvieron el rock y el blues de los Stones ni la crudeza sonora de Metallica ni la espectacularidad escénica de AC/DC -por dar ejemplos de bandas consagradas en multitudinarios conciertos de estadio, que pasearon sus espectáculos en más de una ocasión por la Argentina-, pero sí tuvieron un performer desquiciado de garganta afilada, un guitarrista virtuoso y vistoso, cierta química grupal que le dio fama de "banda de amigotes traviesos con malas intenciones" y un puñado de canciones indestructibles.

Casi veinte años después, de todo ese combo que le permitió al grupo californiano autoinmolarse como una leyenda de la industria del entretenimiento mundial, en la noche del lunes, en Vélez, sólo se hicieron presentes las canciones: "Welcome to the Jungle", "It´s So Easy", "Mr. Brownstone", "Sweet Child O´ Mine", "You Could Be Mine", "Nightrain", "Paradise City". La lista de temas en esta gira que devolvió finalmente a Guns´n´Roses a los escenarios no escatima en éxitos y se llevará con seguridad el mejor recuerdo de los 45 mil seguidores que colmaron el estadio de Liniers.

¿El guitarrista virtuoso y vistoso? Reemplazado por músicos con oficio. ¿La química grupal? Nada parecido existe entre Axl Rose y el grupo de cuasisesionistas que lo acompaña por estos días (aunque quizás haya que admitir que nadie parece tener un vínculo así con el cantante desde aquellos años de juventud y rebeldía a fines de los años 80) ¿La garganta afilada de Axl? Sólo el señor Rose sabe cuándo y dónde la perdió.

De hecho, aunque Axl se empeñe en hacerles creer a su público que veinte años no son nada, lo mejor de la versión 2010 de Guns´n´Roses aparece en escena cuando el cantante de los siete cambios de ropa juega al crooner desgastado y no al muchacho gritón de agudos interminables (los alaridos originales ahora son terminados por punteos de guitarra). Allí están "November Rain" -con Axl al piano y una dulzona introducción que incluyó "Goodbye Yellow Brick Road", de Elton John- o "Knockin´ On Heaven´s Door", de Bob Dylan, para constatarlo. Axl se calza alguno de sus sombreros de cowboy y en plan vieja estrella country ofrece su mejor imagen. Porque, más allá de los años que han pasado y pesado sobre su figura, Axl Rose mantiene parte de su magnetismo escénico y con ello le alcanza para satisfacer a los aliados más fundamentalistas y los fans más nostálgicos. Todos corean, algunos saltan y unos pocos hasta lagrimean cuando el cantante corre de una punta a la otra del estadio y ofrece el micrófono a quien quiera colaborar activamente con el show.

Un regreso sin brillo pero con gloria
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